Pensaste que te había ido bien, y te quedaste esperando a que te llamaran para la segunda ronda, pero no fue así. Y nadie te ofrece explicaciones.
¿Qué hiciste mal que, sin darte cuenta, impidió que avanzaras en un proceso de contratación laboral?
Te ofrecemos algunas pistas, compiladas por el sitio web Mashable:
Y tu apariencia trasmite esa impresión. Si te están entrevistando para un puesto en Wall Street, no vayas de jeans y camisa de mangas cortas. Y si te están entrevistando para una posición en una compañía de internet, no acudas a la cita vestido de traje y corbata.
Si estás inseguro sobre cómo debes presentarte, observa y pregunta antes a personas que conozcan el ambiente de la compañía en la que aspiras a trabajar.
2. Interrumpes constantemente
Quizás estás nervioso, o te preparaste tanto que sin percatarte comienzas a anticiparte a las preguntas de tu entrevistador.
Por desgracia, si interrumpes constantemente durante la conversación, puede ser la última que sostengas con representantes de esa organización.
Sé paciente y recuerda esperar a que te formulen la pregunta antes de responderla.
3. Emanas desesperación
Quizás estás muy necesitado de obtener ese empleo, pero lo último que quiere ver un entrevistador es a un candidato que se note desesperado.
Evita bombardear al entrevistador o a los representantes de la empresa con correos electrónicos extensos y o llamadas, y a la vez evita dar la impresión contraria, de que eres arrogante o desinteresado.
4. Das la impresión de requerir mucho entrenamiento para la posición por la que optas
A menos que estés buscando una posición muy básica en la empresa, debes asumir que los entrevistadores buscan personas capacitadas, que cumplan una serie de requisitos.
Por lo tanto, si tu estrategia es “explicar lo rápido que aprendo cuando me entrenan”, no te sorprendas si el proceso de la entrevista termina en la primera ronda.
Recuerda que el director de recursos humanos con frecuencia está muy ocupado con su carga de trabajo y guarda la esperanza de que el nuevo empleado le hará su vida más fácil, o más rentable, de manera rápida.
5. Demuestras demasiado interés en los beneficios que esperas recibir
Por supuesto que todos tenemos lo mismo en mente. Pero guarda la pregunta “¿qué hay para mí?” hasta que la organización demuestre un interés real en ti o te haga una oferta formal.
Es mucho más fácil negociar después de que la empresa ha mostrado un interés claro, no antes.
Y no te olvides de agradecer a los entrevistadores, de manera genuina y rápida después de cada reunión, por tomarte en cuenta.
