martes, 8 de noviembre de 2016

La cotización de GoPro se hunde arrastrada por unas ventas que no cumplen las expectativas

Parecía una compañía modélica. La única que había entendido la revolución digital. La única capaz de competir con los móviles y sus cámaras. La única que podía crear productos para montar sobre drones. Pero en los últimos meses, sus ventas se han derrumbado. GoPro ha dejado de ser la empresa que fabrica videocámaras económicas que sobresale en el difícil presente del sector a ser una víctima más de los clones chinos.


Según informa Engadget, las ventas de la compañía siguen descendiendo a una velocidad alarmante: han pasando de los 400 millones de dólares (360 millones de euros) en ventas a los 240,6 millones de dólares (217 millones de euros) durante el mismo periodo trimestral
Los problemas de GoPro empezaron en las Navidades pasadas. En aquel momento se esperaban que las ventas de sus cámaras de aventuras llegaran a ser de 512 millones de dólares (462 millones de euros), los resultados finales apuntan a una facturación de 435 millones de dólares (393 millones de euros).
Para animar las ventas, la compañía decidió bajar el precio de su producto estrella, la cámara HERO4 Session, que pasó de los 399 dólares (360 euros) que costaba en su lanzamiento en julio de 2015 hasta los 199 dólares (180 euros). El objetivo de GoPro era el de poder ofrecer un precio competitivo frente a los productos de sus rivales, sobre todo las cámaras chinas.
Según Nick Woodman, CEO y creador de las cámaras GoPro, la compañía nunca ha vendido tantas cámaras como ahora. Pero esa información no sirve a los mercados, que han castigado con dureza sus acciones, que han pasado de valer 25 dólares a costar poco más de 11 en tan solo un año.
El problema de GoPro parece estar en que ofrece un producto de calidad superior –con precios en consonancia- que tiene problemas para competir con sus imitadores chinos, que venden cámaras que obtienen peores imágenes, pero que sin embargo se pueden montar igual de bien sobre un dron, un casco o una bicicleta. Y eso, a los consumidores parece bastarle (además de que por ellas pagan menos de la mitad).
Además, en los últimos meses GoPro ha tenido problemas de producción en las fabricas de ensamblaje que contrata para montar sus productos. Este hecho ha generado falta de stock y retrasos en algunos lanzamientos.
Muchas analistas aseguran que GoPro se debería centrar en el mercado de los deportistas y de las personas que quieren imágenes en altísima calidad de sus viajes, en vez de intentar seducir a las masas, ya que estas parecen más interesadas en pagar mucho menos que por la calidad. Un giro complicado para una empresa que el año pasado contrató a tantas personas esperando lograr un salto de ventas que no ha llegado.