DESARROLLO DE CARRERA
Se buscan titulados de FP para trabajar ya
Nunca hasta ahora una titulación había abierto tantas puertas para acceder a un empleo. Un análisis del Iese confirma que, pese a la demanda de titulados en FP, la oferta de egresados en esta categoría no cubre las necesidades de las empresas.
En 2020, apenas en un par de años, la mitad de los puestos de trabajo europeos serán para profesionales con una cualificación intermedia. Sólo el 35% requerirá una formación universitaria. Que el 50% de los empleos vaya dirigido los titulados en FP es una excusa más que poderosa para que los jóvenes se decanten por esta formación.
Sin embargo, el estudio Reflexiones sobre la formación profesional de grado medio y superior en España, realizado por Fundación Atresmedia y Fundación Mapfre en colaboración con el Iese, confirma que existe un desajuste importante entre lo que demanda el mercado y las preferencias de los jóvenes españoles.
La antesala de un cambio necesario
José Ramón Pin, profesor del Iese, asegura que sigue siendo un tema cultural y que cambiarlo va a ser complicado: "Los padres no están al tanto de cómo está evolucionando el mercado laboral y continúan apostando por la formación universitaria de sus hijos". Un error. Según los datos de este análisis, menos de la mitad de los recién titulados (46%) acceden a un puesto de trabajo acorde a su titulación en el primer año de trayectoria profesional, y un 30% tampoco lo consigue después de cuatro años. En 2016, el 32% de las ofertas de empleo recogía entre sus requisitos que los candidatos contaran, al menos, con un título de FP. Y, otro dato que ensalza la FP es que en 2014 el 19% de los titulados universitarios no trabajaba, frente al 11% de los graduados en FP que no lo conseguía.
Aunque el incremento de matriculaciones en los ciclos formativos de FP para el curso que acaba de terminar indica una tendencia al alza (en FP superior el crecimiento ha sido de un 3% respecto al curso anterior, lo que supone 400.000 alumnos más), la Comisión Europea subraya que los 13 millones de estudiantes europeos de EFP (Educación y Formación Profesionales) anuales no son suficientes para cubrir la demanda de las empresas en un futuro muy próximo.
En opinión de Pin, la revitalización de estos estudios pasa por una cadena de valor en la que participan los prescriptores familiares y los orientadores profesionales, los centros de formación, las empresas y la administración: "Las necesidades laborales de las compañías están sujetas a un cambio constante y no varían a la misma velocidad que los programas formativos. Las primeras se quejan de que los cursos no están adaptados, y los centros de formación achacan esta falta de actualización a la escasa autonomía que tienen para cambiar los contenidos. La administración pública adolece de falta de flexibilidad para promover esta adaptación necesaria".
Este análisis apunta que ha centros educativos en los que los orientadores acuden a las aulas en momentos puntuales para explicar posibles itinerarios pero, en general, esta información se enfoca exclusivamente hacia la universidad. Normalmente no se traslada información sobre FP y, por tanto, se desconocen los ciclos sobre las nuevas profesiones, posibles prácticas o datos de empleabilidad.
La FP entrena para trabajar
Que el mercado laboral va a demandar perfiles que además de conocimiento técnico especializado tengan capacidad para desarrollar competencias transversales no es ninguna novedad. Según este informe, la FP permite el desarrollo de estas competencias y habilidades. Por eso, señala que las principales estrategias pasan por alargar y fortalecer el periodo de prácticas de los alumnos en los ciclos formativos y, en la medida de lo posible, generalizar las prácticas en los centros de trabajo.
Las diez competencias imprescindibles en el futuro son (por este orden):